Al principio de la afición todo resulta demasiado complicado, por este motivo hemos creado este vocabulario básico para principiantes en el cultivo del bonsái, queremos aclarar ciertos términos como abonado, alambrado, defoliado, pinzado, poda...
Abonado (Fertilizante)
Los bonsáis viven en una maceta pequeña en donde la disponibilidad de alimento es limitada. Cuando el árbol comienza a crecer, absorbe del sustrato que contiene la maceta, los elementos nutritivos que necesita. Estos elementos son, principalmente, nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K) magnesio (MG), hierro (Fe), calcio (Ca), azufre (S), azufre (S), y otros en mucha menor cantidad. Si estos elementos faltan en el suelo (o no son aprovechables por el árbol), el bonsái no crecerá sano y vigoroso. Por ello, periódicamente debemos reponer una cierta cantidad de los mismos; este acto se le llama abonado o fertilización. Existen en el comercio dos tipos de fertilizantes: los orgánicos y los inorgánicos.
- Los orgánicos son aquellos que no han sufrido ningún tratamiento. Entre los abonos japoneses más corrientes, los hay que están compuestos de harina de sangre, harina de hueso y harina de semillas (colza, soja o algodón) y, en algunos casos, de harina de pescado.
Este tipo de fertilizante es muy lento en su actuación, puesto que debe, primero disolverse en el suelo de la maceta y transformarse en aprovechable para el árbol; su plazo de actuación es generalmente de un mes. - Los fertilizantes inorgánicos han sido tratados y preparados industrialmente y poseen distintas concentraciones de los elementos arriba mencionados. Por lo general, son más rápidos en su actuación, existiendo los que actúan casi inmediatamente (una semana) y los que se van disolviendo poco a poco de acuerdo con las necesidades del árbol. Estos últimos son los más seguros de aplicar.
Alambrado
El alambrado en bonsái es una de las técnicas de modelado más utilizadas. Consiste, a grosso modo, en envolver un alambre lo suficientemente grueso alrededor de una rama o tronco. Puesto que el alambre es más fuerte que la rama, cuando la cambiamos de posición, ésta adopta la forma deseada. De esta manera, vamos modificando poco a poco la forma del bonsái, hasta alcanzar el aspecto que teníamos pensado.
Sirve también para corregir defectos de la brotación, como por ejemplo la tendencia de las ramas a crecer hacia arriba; mediante el alambrado, podemos dar a las ramas curvas que las hagan más interesantes, eliminar aquellas curvas que no lo sean tanto o que sean innecesarias.
Conforme el bonsái alambrado va creciendo, sus ramas y tronco van engordando y el alambre enrollado puede clavarse en la corteza; esto es perjudicial para la salud del árbol y además es antiestético, de modo que debemos vigilar el crecimiento del tronco y ramas alambradas y eliminar el alambre antes de que dañe la corteza. Este proceso se denomina desalambrado y se lleva a cabo cortándolo en pequeños trozos con ayuda de un cortaalambres.
Bonsái
Bonsái es un árbol que crece en una maceta de reducidas dimensiones, podado y modelado de acuerdo con unas determinadas reglas estéticas, que intentan imitar el aspecto de los árboles en la naturaleza en escala reducida.
Algunos de ellos consiguen incluso captar el «sonido del viento entre las ramas y el piar de los pájaros», por lo que el cultivo del bonsái se conoce como un arte en todo el mundo.
Defoliado
El defoliado es una técnica utilizada en bonsái, que consiste en cortar las hojas, bien sea en la totalidad del árbol, bien en parte del mismo, para conseguir distintos resultados:
- Ramificar más el bonsái, pues brota dos veces en el mismo año.
- Evitar que se quemen las hojas de especies delicadas, corno por ejemplo el arce, con el calor de los meses de verano.
- Producir un colorido otoñal más intenso.
- Favorecer el crecimiento de brotes interiores que de otra forma no recibirían suficiente sol para brotar.
El defoliado se debe efectuar tan sólo en bonsái sanos, y que han estado abonados fuertemente con anterioridad. Los meses adecuados para llevarlo a cabo son junio hasta mitad de julio. Si lo hacemos antes de que la hoja haya madurado suficientemente, conseguiremos que el bonsái sólo brote en las puntas.
Para evitar esta tendencia, además, podemos cortar primero las hojas más pequeñas e interiores, y una semana después las más grandes y las de las puntas de las ramas y el ápice. Uno de los efectos secundarios más interesantes es la reducción del tamaño de las hojas en la mayoría de especies, si se lleva a cabo en la época adecuada.
Drenaje
El drenaje es la capacidad del suelo de eliminar el exceso de agua sobrante en el sustrato, permitiendo así el paso de aire entre las raíces. De un buen drenaje depende el 80% de la salud del bonsái y, por ello, en el momento del transplante colocaremos rejillas en los agujeros del fondo de la maceta y, por encima de ellas, una capa de sustrato gruesa (la que no pasa por un cedazo de 4 mm, pero pasa por el de 10 mm) que permita la entrada de aire y la salida de agua.
Estilos
Los bonsái están modelados de acuerdo con unas normas estéticas. Las normas estéticas que guían la forma del bonsái se denominan estilos de bonsái, y son abstracciones de la forma natural de crecimiento de los árboles. No son unas reglas estrictas, pero para aquellos que comienzan, son las guías que permitne conseguir un resultado atractivo en relativamente poco tiempo.
Herramientas
El bonsái exige de constantes cuidados y, dado el tipo de trabajos que se realizan con él, requiere de instrumentos adecuados. Las herramientas esenciales para principiantes son:
- Tijeras de mango largo para llegar a las zonas interiores del árbol
- Tijeras fuertes para la poda de ramas gruesas y raíces.
- Tenazas de corte cóncavo, especialmente diseñada para bonsái, que ayudan a la cicatrización de los cortes de ramas gruesas y evitan los muñones resultantes de la poda.
- Tenazas cortaalambres, con la punta redonda, que permiten corta el alambre de una rama sin dañar la corteza de la misma.
- Rastrillo que nos permitirá limpiar de tierra las raíces y desenmarañarlas en el momento del traspante.
Insecticida
Con la llegada de la primavera, no solo los bonsáis despiertan del letargo invernal, sino que los insectos, esos huéspedes indeseables, comienzan su acción. La mayoría de ellos se alimentan de la savia de nuestro bonsái, produciendo además efectos antiestéticos (manchas en las hojas, mordeduras en hoja y tronco, etc) que debemos evitar a toda costa.
Por ello, en cuanto nuestro bonsái comienza a brotar, debemos estar muy pendientes de las posibles plagas que afectan a nuestros árboles.
Algunas de las principales plagas son:
- Araña roja se nos presentará en forma de pequeños puntos rojos en el envés de las hojas, produciendo en el haz puntos o manchas de color amarillo y posible caída de las hojas.
- Mosca blanca, pequeños insectos blancos que vuelan al mover las hojas del árbol y que si bien no es muy dañina, lleva asociados otras plagas que es conveniente evitar.
- Cochinilla lapa, son pequeñas caparazones de color generalmente blanco o pardo en el tronco o ramas. Si la plaga es pequeña, lo más aconsejable es eliminarlas a mano una a una. En caso de ser generalizada, hay que acudir a un producto específico.
- Cochinilla algodonosa, puntos blancos en tronco o ramas, recubiertos por una pelusilla similar al algodón, es una plaga difícil de erradicar, por lo que debemos estar atentos a su aparición.
- Pulgones, pequeños insectos que se alimentan de la savia de los tallos y las hojas. Existen con alas o sin alas, y de multitud de colores: pulgón negro, verde, amarillo, blanco o rojo.
Pinzado
Los bonsáis comienzan a brotar en primavera, al igual que el resto de árboles, con una tendencia muy fuerte a crecer hacia arriba. De no controlar de alguna manera esa predisposición, no podríamos conseguir dar forma de árbol en miniatura a nuestro bonsái, e incluso alguna de las ramas inferiores podría morir. Por ello, necesitan de sucesivos recortes, para que crezca armónica y equilibradamente en todas direcciones. El pinzado es una ligera poda o recorte que mantiene el árbol proporcionado y contrarresta esa tendencia apical de casi todas las especies.
En el pinzado cortamos tan solo el nuevo crecimiento y no existen normas estrictas, sino que están dictadas por el objetivo y estado de formación del árbol: si deseamos que un árbol crezca más en una zona determinada, no lo pinzaremos, mientras que en el caso contrario si pinzaremos.
Poda
Al final de un año de crecimiento, mediante el pinzado, nos hemos preocupado tan solo de la silueta del árbol y las ramas; pero al llegar el otoño e invierno, con la caída de las hojas, podemos observar cómo el crecimiento del árbol parece enmarañado y confuso. La poda es el procedimiento de cortar leña del crecimiento del año anterior para devolver un aspecto limpio al ramaje del árbol.
Como norma general, evitaremos y cortaremos todas las ramas que crezcan directamente hacia arriba, hacia abajo, hacia el interior del árbol o que se crucen entre sí. De esta forma, nos aseguramos de que todas las ramitas reciben el suficiente sol y aire como para crecer sanos, a la vez que mantenemos al bonsái en las proporciones deseadas.
Obtención
Existen formas de obtener un bonsái. En principio tantas como los árboles que utilizan para reproducirse.
- Semilla, consiste en enterrar una semilla viable de la especie deseada en una maceta. Con el aporte de agua y calor necesario, la semilla germinará y comenzará a producir un tallo, en los cuales comenzaremos a aplicar las técnicas de poda, alambrado, etc
- Esqueje, se basa en la capacidad de los vegetales de producir raíces en una parte aérea del árbol. Para ello, cortaremos una ramita de 10 cm de longitud y la introduciremos en sus 2/3 inferiores en el suelo o en una maceta. Al poco tiempo, la parte enterrada comenzará a producir raíces, con lo cual ya contamos con una nueva planta, a la que podemos aplicar las técnicas de bonsái.
- Acodo, consiste en eliminar un trozo de corteza (generalmente un anillo de la misma), aplicarle hormonas enraizantes, envolver la zona pelado con musgo húmedo y cerrarlo con un plástico negro fuertemente atado. Al cabo de algunas semanas, dependiendo de la especie, la zona pelada habrá producido suficientes raíces como para poder separar la zona acodad de la planta madre, plantándola después en una maceta.
- Recuperación, se trata de extraer un árbol del monte o del campo, con su cepellón de raíces lo más intacto posible, y trasplantarlo a una maceta. No es aconsejable realizarlo si no se tiene la suficiente práctica en ello, o si no se ha obtenido permiso del dueño del terreno para la extracción del árbol (particular o administraciones públicas).
- Compra en un centro especializado, pero os recomiendo ser exigentes, y aunque cueste un poco más de dinero, escojáis un bonsái bien trabajado y que se adapte a la definición del mismo; desconfiad de los bonsáis a precio de risa, son plantas que requieren muchas atenciones y cuidados, y su precio (para que sean bonsái) no puede ser excesivamente barato.
Riego
Por la acción de las raíces por una parte, y del calor por otra, el suelo que contiene la maceta de un bonsái pierde humedad, si no la reponemos, el árbol podría morir. El riego es una de las tareas esenciales para el cultivo del bonsái. Existen varias maneras de efectuarlo, ya sea en superficie o por inmersión.
- El riego en superficie se efectúa con una regadera de agujeros lo suficientemente finos como para no erosionar la superficie del suelo, Debemos asegurarnos de que en cada riego el agua salga por los agujeros de drenaje, es decir, que la tierra se ha regado por completo.
- El riego por inmersión (solo es recomendable de forma ocasional, después de un secón o por problemas puntuales) consiste en sumergir la maceta en agua hasta casi el borde superior de la misma, sin que llegue en ningún caso a sobrepasarlo. Al cabo de poco tiempo, el agua, que entra por los agujeros de drenaje, habrá llegado a la superficie del suelo, con lo que ya podemos sacar el árbol del agua.
Situación
Los bonsáis necesitan luz y aire, por ello, debemos situarlos en un lugar que convenga a sus necesidades. El lugar ideal es un balcón, terraza o jardín donde puedan recibir una cantidad suficiente de horas de sol directo (esto varía según especies) teniendo en cuenta que algunos árboles pueden necesitar cierta protección los días más fríos de invierno, así como otros, algo de sombra en las horas centrales del día en verano.
También es aconsejable que se sitúen sobre algún banco o soporte, porque así están más alejados de los insectos y plagas, y debemos procurar también que no se toquen los unos a los otros, que haya espacio suficiente entre ellos, para que tengan una aireación adecuada. En el caso de que sólo reciban luz por un lado, debemos darle la vuelta de vez en cuando, para procurar un crecimiento adecuado en todas direcciones.
Suelo
Los bonsáis viven en una cantidad de suelo limitada y, por ello, éste debe reunir unas condiciones especiales, como son, retención de agua y nutrientes, permeabilidad al agua y al aire, un grado de Ph adecuado a la especie y una dureza lo suficientemente dura para aguantar entre trasplante y trasplante.
La mezcla ideal debe ser capaz de retener agua y abono en cantidad suficiente, pero lo más importante es su capacidad de drenaje o de permeabilidad al aire, para evitar que las raíces mueran por asfixia. Por ello, nos aseguraremos de que el suelo a utilizar esté libre de polvo (aquel que pasa por un cedazo de 1 mm) y que no sea demasiado grueso (aquel que no pasa por un cedazo de 4 mm)
No existe una mezcla perfecta, hay que analizar las condiciones particulares de cultivo y las necesidades de cada árbol, pero un buen sustrato se debe fundamentar en:
- Arcilla, es un elemento que absorbe mucha cantidad de agua, así como abono, y después lo cede a la planta. Ejemplo akadama, lutita, sepiolita.
- Elemento duro, que mantenga la aireación necesaria cuando la arcilla se deshaga. Ejemplo Pómice, Kiryu, volcánica.
Trasplantado
Al tiempo que un bonsái crece en una maceta (generalmente a los dos o tres años desde el último trasplante), la cantidad de retención de agua, abono y aire, etc., del suelo se ha perdido en parte debido a los riegos periódicos, y en parte debido a la degradación por la acción de las raíces. Por ello, al cabo de ese tiempo, será necesario reponer de nuevo esas capacidades. El suelo necesita ser cambiado por otro más fresco; a este proceso se le llama trasplantado.
En el mismo proceso, será necesario también podar las raíces, para equilibrar su crecimiento, desenmarañarlas y crear un cepellón cada vez más plano.
Para proceder al trasplantado, extraeremos el árbol de la maceta y, con un rastrillo, procederemos a limpiar de tierra las raíces hasta 1/3 aproximadamente de su volumen inicial. Recortaremos después las raíces más gruesas y, de las finas, tan solo la mitad de su longitud. Colocaremos luego el árbol en la nueva maceta ( en el caso de que el bonsái necesite una mayor), bien provista de una capa de drenaje, y procederemos a introducir la tierra nueva entre las raíces con la ayuda de un palillo de madera.
Allanaremos la superficie de la maceta para evitar irregularidades, y regaremos a fondo el árbol por inmersión, colocándolo después a la sombra durante unas cuatro semanas.
Hemos creado este vocabulario básico para principiantes en el cultivo del bonsái pensando que os puede servir de ayuda, y si creéis que puede faltar algún termino, solo tenéis que comentarlo utilizando la zona de comentarios, o si lo preferís puedes hacerlo en nuestras redes sociales, Facebook, Twitter o Instagram